Estrellita dime tú....

¿Es que poco a poco se acaban las grandes estrellas, que ahora la estrella favorita de uno mismo puede ser uno mismo? ¿O es que hay tal falta de talento, que ahora toman a cualquier individuo y lo hacen famoso? El lema de Youtube es más claro que el agua del lago de Xochimilco: Broadcast Yourself.

¿Quién demonios era un tal Edgar, antes de caerse de un tronco en medio de un río? ¿Y qué habilidad tenía el famoso “Canaca” tiempo atrás de ser detenido por manejar en estado de ebriedad? Eran personas como yo, como los lectores de este blog, como el que está a mi lado. Ni siquiera tenían intuición de actuar.

Qué razón tenía Matt Groening. Parece un Deja vu del capítulo del niño “yo no fui”, cuando ví a este chico regordete salir en Otro Rollo e inclusive en noticieros, y se caía para hacer reír a la gente (sin contar su comercial de galletas emperador). Cómo algo tan cotidiano puede volverse un hecho tan llamativo; hay cientos de versiones de la caída, incluyendo animaciones y representaciones al estilo teatro guiñol, hechas por fanáticos del boom denominado “Ya güeeeeey”.

He escuchado decir a la gente (por lo general adolescentes) que desean simular una situación parecida y subirla a la red para “poder hacerse famosos”. Como si la fama fuera la misión a cumplir que “el jefe” nos encomendó. Si antes existía el llamado efecto de “las estrellas improvisadas”, y hace un par de años, “las estrellas recicladas”, hoy hay un nuevo fenómeno que yo he decidido llamar “las estrellas sin brillo”.

¿Qué han hecho estas personas, para mantenerse entre la popularidad de la gente?
Bueno, quizá me estoy enfocando a combatirlos a ellos. Tal vez ellos no tengan culpa alguna de que se les haya inculcado esa “fama”. La culpa la tienen esos medios que han hecho de estos seres comunes y ordinarios, unos “íconos”. No es la primera vez que pasa, pero sí la más alarmante.

Se acabaron las verdaderas estrellas. Así como un día la estrella más grande de nuestro sistema solar se extinguirá, así las estrellas de los medios de comunicación masivos se van apagando, para dar paso a estas estrellas opacas.
El tipo de “Tengo miedo” ya creó su propia página web llamada tengomiedo.com.mx, donde la gente puede escribir sus sentimientos, sus miedos. Yo confío más en un blog.

Pero al pueblo, pan (aunque sea bolillo) y circo (aunque sea el de kiko).