sábado, 5 de junio de 2010 | By: El Nazareno

La misma gata, pero revolcada


Sé que este lugar no requiere el rigor periodístico que se utiliza comúnmente (y con sus excepciones en algunos casos) en los diarios, sin embargo, ni así me atrevo a afirmar cosas que no he comprobado, por lo que la veracidad del delito que se le acusa a Gregorio Sánchez Martinez, mejor conocido para los cuates como "El Greg", está en duda; sabemos que muchos líderes políticos tienen nexos con el crímen organizado y que muchas veces las detenciones son tretas electorales.

Lo que sí es verdad es que la imagen de un político preso, acusado de vínculos con los principales cárteles del narcotráfico en México, no es una imagen que los partidos políticos quieran manejar para sus elecciones, pero parece que el PRD tienhe una concepción distinta de la imagen de un contendiente a la gobernación de un estado (me molesta usar la palabra "gobernatura" o "gubernatura").

Hay que tomar en cuenta varios factores: Que en la actualidad el gobernador de Quintana Roo es Félix González Canto, un PRIísta que es la secuela revolucionaria institucional de Joaquín Hendricks Díaz. Acusarlo de tratos con las organizaciones de Beltrán Leyva y Los Zetas poco antes de comenzar una contienda electoral (que no comicio, utilizado en muchas ocasiones como sinónimos).

Podemos remontarnos al pasado, para ejemplificar el fenómenos de Greg. El caso Monreal fue sonado en el sexenio de Zedillo, donde éste último acusaba al gobernador de Zacatecas de nexos con el narcotráfico. La historia se contó en el libro "El oso y el puercoespín", de Jeffrey Davidow.

Andrés Manuel López Obrador también sufrió una acusación por la cual hubo un juicio: el famoso caso de El encino; si recordamos un poco, AMLO tenía intenciones de postularse como candidato a la presidencia en 2006, mientras que el acusamiento fue en 2005. De continuar con el proceso normal, López Obrador no hubiera sido capaz de postularse, pero el desafuero se llevó a cabo y hubo una gran revuelta por los simpatizantes, lo que evitó que López Obrador estuviera preso.

Pero los del poder buscan la forma maquiavélica de conservarlo y el PAN ganó las elecciones; su candidato y nuevo presidente de México, Felipe Calderón, ganó por menos de uno por ciento de las votaciones, a pesar del ordeñamiento de algunas urnas y la papelería encontrada en el bordo de Xochiaca.

Finalmente tocó el turno a Gregorio Sánchez. Repito, como no tengo las pruebas, no puedo afirmar o negar su culpabilidad en el delito del cual se le acusa; sólo puedo concluir dos cosas: La primera; no creo en las coincidencias, sino en que son parte de una consecuencia, y los PRIístas siempre inculpan a miembros de la izquierda de delitos similares en tiempos electorales similares. La segunda, No creo que ni los miembros del PRI ni del PAN sean peritas en dulce, quien esté libre de culpa, que tiere la primera piedra.