martes, 1 de diciembre de 2009 | By: El Nazareno

¿Son o no son?


El obispo Samuel Ruiz anuncia el sábado la solidaridad con la huelga de hambre de los electricistas, así como una sesión de oraciones cristianas; dijo que tal manifestación de descontento es un signo de lucha y dignidad. Una muestra de la intromisión a la escena política del clero, cuando debe ser una institución separada de tal panorama.

El domingo -día siguiente de la visita de Ruiz a las instalaciones de la CFE- los extrabajadores de la extinta LyFC realizaron una peregrinación, con imágenes de la Virgen de Guadalupe y referencias de fe relacionadas con la lucha del SME. La respuesta fue diferente: las autoridades de la Basílica de Guadalupe no permitieron el ingreso de los marchantes con sus grandes mantas y discretos volantes.

Tanto el clero como el gremio electricista deben funcionar con base en su propósito.

Parece contradictoria, por dos partes, el papel de la iglesia: primero apoya a los trabajadores desempleados, después les niega el paso; como institución religiosa, se mantiene al márgen de las críticas que se generen en su contra, pero señala los errores -o aciertos que no le favorecen- políticos, exhortando al pueblo a una actividad política.

Para muestra de tal desacierto, el inciso "e" del artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: "Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociacion política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propoaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios" (acto que realizaron, oponiéndose a la legalización del aborto).

Los que fueron trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, por su parte, abusan de los creyentes católicos, para incrementar el apoyo en su movimiento. Saben del fervor de los mexicanos ante la figura máxima de sus creencias: La Virgen de Guadalupe, para hacerla cómplice indirecta en asuntos meramente políticos.

Ambas organizaciones parecen tener una relación extraña, de unión pero bajo cierta atmósfera política, de cercanía pero con distanciamiento, de amor pero con recelo. Si son o no son aliadas, deberían por lo menos ser coherentes para ser creíbles.