viernes, 11 de diciembre de 2009 | By: El Nazareno

Núcleo familiar: de realidad a leyenda


Las ilusiones se pierden entre las gotas de lluvia estrellándose como kamikaze contra la ventana. Ilusiones de aquel amor perdido, que quizá nunca existió, o que poco a poco las grietas de los celos o la indiferencia fueron desquebrajando el camino a la felicidad, hasta fracturarlo por completo.

Así es el amor, es una aventura, un compromiso, un juego de imposición, de jerarquía, de sentimientos quizá no recíprocos. Es un desafío del alma frente a la razón, donde el más poderoso gana. Y con la misma fuerza con la que llega tsunámicamente la primera frase, lo hace la última, dejando damnificada el alma.

Quizá sea este simple hecho el motivo de tantos fenómenos que en la actualidad se han multiplicado: la homosexualidad, la asexualidad en cuanto a no tener relaciones sexuales, los llamados “free´s” o relaciones sin compromiso, sexo sin compromiso o de ocasión, el número de hombres y mujeres que deciden vivir solos, la poligamia o relación sentimental con varias personas... y sobre todo, un núcleo familiar que ha devolucionado -antónimo de evolucionar- de realidad a leyenda.

Los niños del presente crecen con una mentalidad totalmente diferente a hace 27 años, tiempo en el que la familia era una, sólida y -aunque más grande- más estable. Ahora los infantes crecen con un sólo pilar tutorial (paterno o materno), con los padres separados, e inclusive con madres o padres "postizos".

Los Simpsons son el claro ejemplo del fenómeno en cuestión. En la temporada 8, capítulo "A milhouse divided", los padres de Milhouse se separan, y en el capítulo de "future drama", de la temporada 16, la familia protagonista observa cómo se separan Homero y Marge en el futuro, aunque terminan por reconciliarse (si ésa es la base del programa, romperlo sería el fin).

¿ventaja o anomalía? En nuestro tiempo, parece tan normal, que es de analizar el rol de la familia. El feminismo ha llevado a las mujeres a no depender del hombre, ni física ni económicamente, y por ende, las emociones por estar junto a una persona del sexo opuesto se han minimizado.

Aunque pueda parecer tentador al principio, el vivir solo comienza a transformar la llegada a casa en una celda de la soledad. Se busca la compañía en una mascota (por ello tantas personas que viven solas tienen una), pero aún cuando el animal pueda mostrar señas de afecto, nunca podrá escuchar con atención y comprender lo que su amo pueda expresarle, mucho menos dar un consejo o unas palabras de aliento.

En el caso de los críos, la psicología puede tornarse en libertinaje, parte por los genes y parte por el ambiente que se genere a su alrededor. Y así, los patrones de contucta tienden a repetirse consecutivamente, de generación en generación.

Reconsiderar una relación sentimental sólida, basada en la confianza y el respeto mutuo, por muy trillado que pueda percibirse, es un trabajo que tenemos que trabajar más firmemente, o dejar los sentimientos de lado para siempre, y regresar al origen de los animales. La mera reproducción.