lunes, 2 de noviembre de 2009 | By: El Nazareno

La cultura del redondeo


Vaya sorpresa.

En una sociedad donde la imagen es lo importante (leer "como te ven, te tratan"), un cortauñas es una herramienta necesaria para una imagen impecable, sobre todo al estrechar la mano. La Farmacia del "ahorro" era el lugar más cercano para adquirirlo, pero no obstante que resultó caro (más de 20 pesos el pequeño), la cajera me pide -casi anticipando mi afirmación- un redondeo de un peso. Por supuesto, no era redondeo, sino un donativo, pues no redondeaba la cantidad.

¿El motivo? qué otro sería, si no apoyo para el próximo Teletón a un mes de celebrarse el evento. En la última edición de este programa de recaudación de fondos para los niños "discapacitados" -es decir, en 2008-, se recaudó un total de 22 mil millones de pesos, todo libre de impuestos según el artículo 31 de la Ley de ISR. Ello es sólo la célula madre del cáncer de lástima al que nuestra sociedad nos ha sometido.

¿Sentimiento de culpa ante el abstencionismo?

Claro. Y es que, si no diste nada para el TELETÓN, eres un indivíduo sin sentimientos y no te preocupas por los demás; si no donas los 27 centavos en el súper, eres una persona coda, avara y sangrona. El programa redondeo genera hasta 10 millones de pesos al año, sin contar que existen otros proyectos similares -tan solo en la cadena Comercial Mexicana-, como Un kilo de ayuda, Tus centavos son sonrisas, etc.

Justo en el momento en el que el incremento a varios impuestos (aumento al I.V.A., I.S.R., telecomunicaciones, etc.) en la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2010, tendremos que ser más cautelosos con nuestros gastos.

Mientras diputados olvidan el proyecto de austeridad que consiste en la reducción de sus sueldos, las empresas nos exprimen, sutilmente, los bolsillos; porque seguramente serás criticado si no "aflojas un billete" en el Teletón 2009. Y no falta aquél que busca la oportunidad en que las miradas apuntan la moneda entrando en la alcancía, o que presume su estampilla de que donó para la causa.

¿Hasta cuando seguiremos satisfaciendo el fetiche de las empresas que buscan adinerarse a costa del sufrimiento de los pobres, enfermos, quemados, mutilados y "personas con capacidades diferentes"? No tengo la menor idea.