jueves, 26 de noviembre de 2009 | By: El Nazareno

Despilfarro innecesario


Parece un mal chiste, pero es una realidad abrumadora. Más con la actual crisis, que obliga a aumentar precios de productos y servicios para que los dueños de los medios de producción no perciban de manera grave el desequilibrio económico, pero los salarios se mantienen igual; los asalariados son los que perciben más toscamente la crisis.

Y con los datos actuales de la Secretaría de Desarrollo Social, aumenta la cifra de pobres en México, otros 6 millones. Con ello, 47% de los mexicanos sufren algún tipo de pobreza (carencia para satisfacer las necesidades básicas en su totalidad); ello es un letrero de que no hay desarrollo social -paradójicamente sufrimos un retroceso, pues ésa era la cifra de 2005- en nuestro país.

50 millones de personas en pobreza patrimonial, y 19.4 en pobreza extrema. El inocente corderito y secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero Arroyo, explicó que la salida al bache -abismal- es la generación de empleo. Una verdad para nada cuestionable, pero más que evidente y lógica;

la solución no es la generación de empleos, sino una remuneración considerable a los trabajadores. ¿De qué serviría generar una mayor cantidad de empleos, si se pagarán salarios mínimos o inferiores a los 2 mil pesos mensuales? Con ello, mantendríamos el nivel de pobreza en México.

Pero, ¡Oh, sorpresa!, me entero de la inversión del gobierno federal, de 2 mil 603 millones de pesos, para comprar equipos de registro biométrico. ¿La razón? Un nuevo proyecto para la cédula de identificación. Si, una herramienta que permitirá al gobierno tener un mejor control ciudadano, manipulación de datos y una privacidad tendiente a nula.

Gómez-Mont sale a defensa: "La CEDI (Cédula de Identificación Ciudadana) no servirá para distorsionar o manipular datos personales de los mexicanos, porque no hay nada secreto en torno a su creación". El argumento no explica en lo absoluto lo que intenta defender; no hay nada secreto, porque sabemos que es una palanca política que maneja datos de todos los mexicanos, pero ello explica, precisamente, el problema que representa.

El problema está, además, en el costo. Teniendo un saco de piedras sobre la espalda, se amontona otro de arena; el gobierno prefiere gastar en equipos de identificación ciudadana, y no adjuntar ese dinero para el gasto público, para generar esos empleos de los que hablan "el inocente corderito" y Calderón.

El señor Fernando Gómez -Mont, además, remueve una costra para abrir una vieja herida: intenta rechazar de nueva cuenta el aborto, ahora legal en México. Asegura que está de acuerdo en ciertas excepciones, pero no todo aborto es legal.

Señor secretario de gobernación, recuerde que el aborto después de las 12 semanas de gestación, está penado según el artículo 145 del nuevo Código Penal del Distrito Federal. Deje de lado el moralismo, y actúe conforme a derecho. Y pare de comprar maquinitas de control ciudadano. Necesitamos comida, no riendas sociales.