El gusto por el fin del mundo

Ya comenté en un post anterior acerca de la fascinante profecía de los mayas acerca del fin del mundo, y de la incursión de ésta (la profecía) como tema central de un filme cinematográfico de Nick Everhart, de nombre "2012: Doomsday". Cooroboré lo escuchado por otras personas: es una película sin presupuesto, y si hay algo que reconocer, es la labor de Nick en la dirección, que consigue mostrar una película no tan desgraciada.

Ayer en la noche, un primo parlanchín molestaba constantemente con ir a ver la película de Roland Emmerich, y admito que el temor de encontrarme con un rodaje similar, me hizo dudar un poco. Finalmente, y sucumbido por el poder de la incertidumbre, decidí salir a divertirme un poco -y de paso calmar las ansias del parlanchín-.

Vaya sorpresa.

La verdad es que valió la pena toda la campaña publicitaria, la caminata y los 110 de las dos entradas (cosa aparte las palomitas y el refresco, que si bien el precio es cuadruplicado, es difícil resistirse a comprar los alimentos de la dulcería).

En la película de Everhart las cosas ocurrían sin alguna justificación, la profecía estaba mal planteada, mezclaban a la religión católica, todo el tiempo hablan de Dios, malos efectos, actores inexpertos, etc. En la película de Emmerich hay un buen reparto (John Cusack me convenció desde su anterior filme), los efectos son dignos de una película hollywoodense, no existe una trama absurda y el final es bueno -no echaré a perderle la sorpresa a alguien, así que no lo diré-.

La ví en una sala de cine normal (de Cinemex). Voy por una sala Imax con sonido surround, para escuchar el desgajamiento de la tierra y el choque del agua sobre la superficie. Altamente recomendable.

PD. Curioso que la anterior película a ésta en la que actuó John Cusack también lleva como título un número de 4 cifras (1408), su personaje también es escritor, y una mujer de su familia (en 2012 es su hija; en 1408, su esposa) se llama Lilly. ¿Coincidencia o destino? Muy sospechoso, ¿no lo creen?