viernes, 21 de noviembre de 2008 | By: El Nazareno

Crónica de un secuestro


¡Han secuestrado a la ciudad! Gritaban a los cuatro vientos, cuando el señor López Obrador dispuso a sus simpatizantes a bloquear una avenida del Distrito Federal. Durante el bloqueo se exhibieron distintas actividades que la gente aprovechaba de manera gustosa, o al menos eso parecía.

Hoy día viernes 21 de noviembre, circulaba por circuito; mejor dicho, por lo que quedó del circuito. La última salida nos obligaba a tomarla, pues la reparación de la vía comprende un tramo considerable, y finalmente es una zona muy transitada. Salir de esa garganta vial es estresante.

Finalmente, llegué a mi destino, y tuve que regresar, pero había olvidado el incidente. Cogí el sendero inverso, y el tráfico era similar. De la misma manera, la congestión hizo el regreso nada agradable. Iba con rumbo al sur, eje 6 (Ángel Urraza).

La reducción de carriles hace difícil el tránsito, más aún en la zona que contacta a Polanco. Llegando a Benjamín Franklin, doy vuelta sobre esa vía, para encontrarme con la construcción de otro sistema de transporte colectivo, que ocupará más de dos carriles. Otro embotellamiento, pues al final (en la esquina de división del norte), sólo hay un carril del lado derecho y uno del izquierdo. Y el tramo continúa por Xola.

Marcelo Ebrard acaba de comunicar que las obras en la ciudad continuarán sin plazo fijo, y pide paciencia ante estos eventos. Hoy estuve privado de mi libertad entre los automóviles, el sendero de asfalto, y los semáforos (que muchos dan preferencia a las calles, ignorando algunas vías con mayor cúmulo de vehículos). Seguramente debemos tener paciencia con este tipo de secuestros, que ahora se llaman “Programas de mejoramiento vecinal de imagen urbana” o Proyectos cazabaches. Término más ad hoc.