miércoles, 17 de noviembre de 2010 | By: El Nazareno

El toro en el cerco...

Creí que era igual que los demás, que era corruptible de cierta manera. Es obvio que hay un beneficio, pero es indirecto y, como toda figura pública, su imagen es importante. Al pasar, estuvo a menos de medio metro de mí y la verdad es curioso el sentimiento que una persona a la cual admiramos despierta en nosotros al verlo cerca, humano como todos, pero un espíritu guerrero como ninguno.

El mexico-americano Caín Velásquez llegó algo demorado al evento, aunque los culpables en ocasiones sean los responsables de la logística en dichos eventos. Se ofrecieron disculpas por el retraso e inmediatamente después de la ovación de los presentes, el toro imponente repartió autógrafos a los presentes, sencillo y sonriente.

La mayoría seguidores de hace tiempo de las AMM, algunos fanáticos muy recientes por el fresco campeonato conseguido por Caín, uno que otro villamelón y otros simples curiosos, acapararon el lugar. La imagen de pequeños felices por el autógrafo de una promesa en la liga más importante en las Artes Marciales Mixtas es un homenaje a la esperanza de probable futuros deportistas alentados por un campeón.

Evidentemente, como reciente y actual campeón de UFC debe estar presente en el país que representa simbólicamente para que sus seguidores se sientan más cercanos y su fanatismo se acrecente, acercar más a los que apenas lo conocen y llamar la atención de aquellos que no tenían idea de su existencia. Es una estrategia normal y lógica de sus representantes y encargados de manejar su imagen pública.

Espero no equivocarme, pero parece que la imagen de Caín se está manejando de manera sobria y que no es una persona embelezada por la fama. Ojalá y siga conservando esa pulcreza en su figura y siga siendo un ejemplo de la nueva generación de deportistas y no caiga en el juego del espectáculo, que muchas veces deforma lo cosntruido o termina por destruir algo ya cimentado.