miércoles, 10 de noviembre de 2010 | By: El Nazareno

DIOS (y no es maradona) V.S. Física

La verdad es que es una batalla épica que nació desde la aparición de la curiosidad en el hombre, y hasta la fecha no ha tenido un vencedor definitivo o un rival dominante. Muchos defienden a capa y espada su postura, pero sin argumentos sólidos como para convencer a una persona neutra; otros prefieren la discreción aunque tengan preferencia por alguna de las dos ideologías y, en mi muy humilde opinión, es lo más inteligente.

¿Existe Dios o todo fue creado según la lógica de la física?

Mi manera de pensar de nuestro origen me provoca gran inquietud, pues soy muy escéptico como para creer que existe un señor blanco barbado, con una gran túnica y aspecto humanoide, que creó los cielos y los mares. Pero ese mismo escepticismo me lleva a preguntarme... ¿qué fue lo que dio origen a la primera célula? ¿qué creó el primer centímetro de universo? ¿la física tiene una solución coherente para esa pregunta tan complicada?

Al parecer, ya se hicieron experimentos para saber qué fue lo que ocurrió en el big bang, gracias al Gran Colisionador de Hadrones. Se recrean las condiciones del universo poco antes de su formación en la explosión que dio origen a los planetas, estrellas y demás cuerpos... ¿pero qué había antes de eso? ¿por qué se crearon las condiciones para que se diera el big bang?

Stephen Hawking propone que no existe Dios y que todo se creó gracias a las inevitables leyes de la física, ¿pero cómo es que estas leyes se originaron? ¿en verdad existió un principio? Cabe la duda de si existen más universos -que, al ser así, dejarían de tener este incoherente apelativo- y qué tan cerca de tener las mismas circunstancias para crear vida están.

Algo definitivamente me queda claro. Nuestro origen, el origen de todo lo que nos rodea, fue matemáticamente planeado. Definitivamente no comparto la idea de que somos un accidente, como en alguna ocasión me lo comentaron. Un accidente es algo que no salió como lo planeado y nosotros absolutamente somos el resultado exitoso de algo que quizá no tenga a la derecha a su hijo ni una paloma blanca, pero que sí nos engendró con cierta conciencia y que seguirá riéndose de sujetos que intenten desenmascararlo.