sábado, 8 de mayo de 2010 | By: El Nazareno

Una carta... a quien corresponda


Mi nombre es Irwin. Se hizo costumbre en mis hábitos poner una cubeta mientras me bañaba. Creía que era una práctica inútil, pero comprendí que en verdad podía ahorrarse una cantidad considerable de agua si utilizaba lo reciclado en el retrete después de usarlo.

Poco a poco, el agua fue escaseando y nos cortaban el servicio durante los "puentes, aquellos días feriados recorridos para alargar el descanso del fin de semana. No había problema, pues de alguna manera fraccionábamos el uso para utilizar sólo lo necesario durante esos días de rezago.

De pronto y sin darme cuenta, veía demasiados edificios centralizados en el Distrito Federal e imaginaba la cantidad de agua que se utilizaba; en el lugar donde quizá sólo dos familia ocuparían el lugar, ahora llegaba hasta 10 familias. Los cortes en el servicio de agua fueron más extensos y contínuos. No me dí cuenta hasta que descubrí que me bañaba "a jicarazos".

Ahora todo es diferente... todos se pelean cuando llega la pipa de agua potable resguardada por policías para evitar los constantes asaltos; evidentemente, el precio por el líquido vital ha aumentado de manera increible. Todos esperan las lluvias con ansia, esperando que la contaminación no ensucia el agua del cielo; ello permitirá un ansiado baño después de semanas de no hacerlo.

Las enfermedades se han propagado con alarmante notoriedad, pero algunos ya nos hemos acostumbrado; aparentemente nuestros órganos se han acostumbrado a los microorganismos del agua. Recuerdo, ahora que escribo esto, que si todos aquellos que usábamos agua hubieramos puesto la cubeta al esperar el agua caliente para bañarnos, que si hubiéramos cerrado bien los grifos del lavabo y usar cubetas para lavar los carros, quizá el recurso renovable no se hubiera gastado tan pronto.

Hoy es 2020, apenas 10 años antes de nuestra fecha, esperando que esta carta pueda provocar algo de conciencia entre las personas de su época, conserven todos los recursos naturales que se les brindan y cambien su línea temporal antes de que sufran como nosotros.

Atte. Irwin