domingo, 30 de mayo de 2010 | By: El Nazareno

No sea burra... no se aburra


Buscamos siempre satisfacer nuestras necesidades de todo tipo, pero hasta para ello hay maneras; no comemos siempre los mismos alimentos, nos vestimos pero el tipo de ropa depende de nuestros gustos personales; inclusive buscamos saciar nuestra necesidad de refugio pero no sin una previa búsqueda y elección precisa y detallada de la morada. Todo gira en torno al modo o al estilo, más que en la necesidad en sí.

Cierto que la televisión, la radio y en general los Medios de Comunicación Masivos se han vuelto una necesidad en cuanto a satisfacer nuestra necesidad de comunicación e información, pero también es cierto que hay modos o estilos de televisión; no todo lo que vemos y escuchamos es igual y por ello inclusive el periodismo tiene distintas fuentes: espectáculos, política, etc.

También es muy cierto que estos emporios de la comunicación transmiten lo que la gente quiere, pues sin ello la gente simplemente los ignoraría, lo que significaría un descenso en los ingresos, porque sencillamente las marcas no se interesarían tanto en dicho programa con bajo rating. Por ello, los líderes de opinión y en general todos aquellos relacionados con dichos medios deben su trabajo y sus ingresos a la gente que los sintoniza.

¿Cuáles programas son aquellos con mayor rating? Los programas de la farándula, las telenovelas (sobre todo adaptaciones mexicanas), Aquellas emisiones de concursos donde aparecen celebridades y Reality shows (La academia, Bailando por un sueño...) y en su momento aquellos programas que no aportan algo a la buena cultura (Jackass, I bet you will...).

Sé que ya había escrito algo acerca de ésto, pero enfocado más al programa de Hazme reir y serás millonario. Esta vez quiero hacerlo de manera más general, porque es una realidad triste y decepcionante; es lo que nos gusta ver y desafortunadamente es en lo que se centran los dueños de los MCM en México (y en otras partes del mundo).

Y es parte de nuestras tradiciones y cultura de burla en la que nos desarrollamos, pues parece imposible no reirse al ver un programa en el que los personajes son personas normales que deben enfrentar pruebas humillantes; y para eso, los japoneses tienen un color inigualable. Aquí en México intentaron copiar la fórmula exactamente igual, pero algo tienen los japoneses que lo hace más gracioso; aquí sólo provoca decepción en la comparación.

Por ello, Chespirito (el programa, no el actor) cumple 8 lustros aún transmitiéndose y nacen nuevos programas cómicos e inclusive ahora se le agrega este toque humorista a algunas nuevas telenovelas, como "Hasta que el dinero nos separe", por citar un ejemplo.

También es cierto que algunos "líderes de opinión" han creído que ellos tienen el poder y que no existe hipotéticamente alguna ley que les imponga límites. Por ello Paty Chapoy se cree capaz de ordenar al televidente qué hacer si no le gusta el programa: que le cambie; y por ello Adal Ramones inició la famosa tendencia de la palabra "Güey" en la televisión (palabra que es, por cierto, una deformación de buey). Por ello mismo, Victor Trujillo se burla de las sanciones que la Ley Federal de Radio y Televisión -que el sujeto cree que es un adorno normático- pueda adjudicarle y exigirle cumplir.

Por ello, como escribí en algún post anterior, ahora pueden verse programas y películas a las 8 de la noche con palabras como "mierda" y otras altísonas o transmitir anuncios de condones en horarios vespertinos. Por ello ahora los conductores de noticias no se preocupan por exclusivamente informar al televidente, sino que siguen una línea opinativa y que el seguidor, aún estando de acuerdo, no tendría por qué escuchar; para ello hay programas especializados de opinión y mesas de discusión.

Por ello nuestra buena cultura se ha visto estancada y nuestro lenguaje es tan escaso debido a la televisión, siendo ésta un medio que debe impulsar su incremento. Por ello hemos hecho de la moda un estereotipo a seguir, pues de lo contrario no se posee un estilo y carece de identidad; por ello nos hemos convertido en lo que la televisión ha querido y por ello ahora adoptamos el "American way of life", o si no somos unos nacos o indios.

Y que no nos parezca extraño el origen, pues ahora que el núcleo familiar tiende a desaparecer en la actualidad (y de lo cual también ya escribí) la televisión juega un papel fundamental en la educación de los niños del siglo XXI. Por ello, ahora creemos más lo que dice la televisión que lo argumentado por nuestros padres en el hogar o profesores en la escuela.

Pero parece que eso es lo que queremos sin darnos cuenta. Nos enojamos cuando cortan la telenovela o la serie gringa para transmitir alguna nota importante; criticamos a aquellos que miran el canal 22 o que prefieren leer el periódico en sustitución de la revista H. Cavamos la fosa hacia el mal gusto cultural porque nuestras costumbres y tradiciones banales han echado raíces muy profundas y parece un trabajo muy difícil el arrancarlas para sembrar la buena cultura. Esperemos el milagro...