sábado, 16 de octubre de 2010 | By: El Nazareno

Ironías de la vida

De mi etapa adolescente a la fecha, he aprendido infinidad de cosas. Dedico parte de mi tiempo al conocimiento general -aunque soy selectivo para escojer los temas y eso esté mal- y, sobre todo, al correcto uso del lenguaje. No soy un hombre de vasta lectura, sino de intensa práctica y tengo mente de brea: se me adhiere cualquier cosa sin mayor esfuerzo (una imagen, la letra de una canción, un diálogo). Por ello, me considero una persona con un método de comunicar considerable. O al menos lo creía hasta hace unas horas.

Irónicamente, un comunicador que ha elegido esta profesión y que se siente preparado para ejercerla correctamente no puede mostrarse afectivo con sus personas más queridas. Es ahí cuando la comunicación se interrumpe y se imposibilita. Parece gracioso pero es triste que haya un abismo con una circunferencia tan inmensa en la comunicación de hijo a padre, cuando es más capaz en ese sentido una sobrina para expresar sus sentimientos hacia su tío.

Lo más lamentable de esto, es que creo conocer la causa: miedo. Miedo al cambio, a quitar una costumbre que parece tan enraizada como imposible de cambiarla. Aún con el conocimiento de mi error, me es tan difícil decir "Perdón, me equivoqué", como lo es también para Bush el reconocer que no había armas de destrucción masiva en Irák ni en Afganistán, como para Mike Tyson afirmar que hizo actos que no corresponden a un deportista activo.

Son palabras impronunciables para el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, dirigidas a un Japón que a más de 60 años aún no olvida el ataque sobre su población, o a una nación vietnamita sureña invadida con el motivo de un intento de expansión estadunidense ya exagerado, o recientemente de Pyongyang por intentar demostrar ausencia de miedo ante Estados Unidos, haciendo pruebas nucleares y retando a la potencia americana.

Si muchos fuéramos conscientes de nuestro error por la falta de comunicación, seguramente el mundo sería muy diferente al presente egoísta que conocemos... y yo tendría una relación más "padre" con mi padre.