sábado, 1 de enero de 2011 | By: El Nazareno

Otra de la muerte...

-Reina de la familia...
-...ruega por nosotros.
-Reina de la paz...
-...ruega por nosotros.
-¡Santísima muerte...
-...ruega por nosotros!
Todos continúan con las manos juntas, elevando las yemas de sus dedos al cielo.


Nuestra vida es como un árbol, por eso a la relación de nosotros con nuestra familia, descendientes y ascendientes, se le llama árbol genealógico. El tronco somos nosotros, nuestros valores y principios -o falta de ellos- y las ramas son nuestras acciones, lo que elaboramos en el transcurso de nuestro crecimiento como personas en esta existencia. He aprendido que hay diferentes tipos de árboles: unos crecen, sólo crecen, y a su lado sólo se ven pequeñas ramas, inevitables pero intrascendentes, en las que no hay siquiera una hoja, pero al final  terimna con una rama, gruesa y firme por ser parte del tronco; otros árboles sólo tienen varias ramas débiles, sobre las que no es posible ni cortar frutos ni hacer nidos porque no se sostienen; otros más -muy extraños, por cierto- son árboles frondosos y con abundantes frutos en cada rama; al final, sólo quedan los árboles torcidos, sobre los que no es posible el crecimiento de alguna rama, porque su tronco no fue creado para desarrollarlas. ¿Qué tipo de árboles somos?


Todos se toman de las manos, mientras que una voz femenina, ronca, pausada y con dificultad para hablar de manera fluida, pide que recemos un padrenuestro.
-Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre...


Ahora, imaginemos que el miedo es una plaga. Las plagas terminan con todos los árboles por igual y sólo hay una manera de que la plaga no termine con el árbol: quitándola. Muchas personas utilizan diversos plaguicidas, como el esparcimiento, el deporte y la fe. Ésta última es muy difícil de aceptar si no se tiene el conocimiento adecuado, si no sabe lo que está haciendo y diciendo. ¿Cómo es posible rezarle a una figura que se teme? Peor aún, ¿cómo se le tiene miedo o respeto a algo en lo que no se cree? Es una falacia, puesto que respetamos todo aquello de lo que tenemos la seguridad que existe porque, de otra manera, nos burlamos de eso.


Poco a poco, elevan las figuras de La niña blanca, hasta que se forma una capa de efigies óseas sobre el cielo, creando un ambiente solemne de esperanza sobre La Santa Muerte. La señora sigue con las plegarias de manera ininterrumpida; todos la oyen, aunque no todos la escuchan. Un jóven carga una caja llena de manzanas y me golpea ligeramente con ella. -Toma una, carnal...


La Santa Muerte es un fenómeno religioso, cultural y social muy importante, que ha hecho explosión en los últimos años. Los MCM la califican en sus notas de "la religión de los narcotraficantes, prostitutas y ladrones" y la sociedad, por ende, así ha tomado el estereotipo en su memoria. Pero pocas personas se han tomado la molestia de comparar un rosario del Templo de San Hipólito con uno de la calle de Alfarería ysería decepcionante para algunos saber que, a pesar de todo, hay mucho más malandrines fieles de San Judas Tadeo. La gente juzga sin conocer, y es precisamente por eso que tanta gente se vuelve a la defensiva ante los ataques a su santa patrona. Lo cierto es que cada primero de mes, gente de diversos sectores y estratos socioeconómicos se reúnen con motivos de fe y mucha gente discrimina esa situación.


-Vamos a darle una porra a La Santa...
-Chiquitibum a la bimbomba, chiquitibum a la bimbimba, a la bio, a la bao, a la bimbomba, La Santa, La Santa, Ra-ra-raaaa...
El lugar se empieza a llenar de aplausos y chiflidos de alegría por estar de nuevo junto a su Santa Flaca un año más. Este 2011, ella me acompaña para que durante el año mi árbol tenga más ramas con jugosos frutos y espero que también sea el caso de ustedes. Próspero inicio de 2011.