domingo, 18 de abril de 2010 | By: El Nazareno

Nada es coincidencia...


Debo admitir una cosa: La derrota de las Chivas no se debió a una superioridad natural de Monarcas, sino que fue víctima de las circunstancias.

La ausencia de Michel que, a pesar de dejar un hueco importante en el Club Guadalajara, hace su aparición en la selección mexicana y ello siempre será uno de los máximos orgullos para todo futbolista. En su lugar estuvo Hugo Hernández; el debut de un portero nervioso provocó un gol fácil para el equipo rival y ello fue el inicio del “efecto tequila”. Dos goles más fueron dos puñaladas para desangrar a un equipo novato en cuanto a estructura en el campo de juego.

Un chícharo que no estaba en la ensalada futbolística y su ausencia fue, junto con la de Michel, la sombra bajo la cual el Guadalajara se obscureció en un partido que parecía a favor del rebaño sagrado y que con sus atacantes contundentes que no aparecieron, harían la diferencia marcando los goles fallados.

También la desaparición sobre la cancha de Jonny Magallón, “El bofo” Bautista y Alberto Medina influyó en la magra contundencia de un equipo tímido en los ataques. Se esperaba que Xavi Báez, Omar arellano y “El pato” Araujo, los elementos más sobresalientes, pero no pudieron salvar al equipo de caer en la derrota ante Monarcas; quizá porque no contaban con otros jugadores que elaboraran jugadas para ellos, tal vez porque perdieron confianza por la falta de los jugadores principales.

Un abritraje errado (incluyendo un penalti a favor de los locales), unos jugadores rayados desesperados, una falla en la definición en las ofensivas –por mala suerte o por inseguridad de los atacantes, quizá alta preparación del guardameta- y una marejada de tarjetas que desestabilizó la tranquilidad y el ritmo del partido.

Pero la historia frente a Indios y al Atlas no fue la misma.

Dos partidos en los que se vio a unos jugadores de Guadalajara desmoralizados, perdiendo contra un equipo norteño que va al descenso y que sólo había ganado contra Puebla y Querétaro y contra un Atlas sin sus jugadores estrellas, como Miguel Zepeda (quien se perfilaba para contender por el título de campeón de goleo) y Mario Méndez, entre otros.

En resumen, un rebaño sin sus chivas principales se desmorona. Que demuestra ser canterano, pero a la hora de deshacerse de sus principales jugadores no puede contender de manera eficaz. Y así son los equipos: compran muchos jugadores extranjeros, crean canteranos y se quedan con ellos para dominar en sus ligas, o simplemente los crean para que nos representen en la selección nacional o en equipos internacionales. Lástima por las chivas y sus seguidores y buena suerte a los ausentes.