Acción y reacción, causa y efecto...

¿Quién, de los que estamos conscientes de ambos actos, evitaría la comparación del zapatazo hacia Dominique Strauss-Kahn -director del Fondo Monetario Internacional-, con aquel mítico suceso contra Bush? Y es que hay tantas características en común, que resulta casi imposible evadir la similitud.

Y es que todo tiene una consecuencia, nada es espontáneo: El FMI declaró que la crisis "ya pasó", pero que quedará una huella económica muy grande por la recesión y se requerirán reformas económicas que mitiguen el efecto posterior. ¿Se refiere, acaso, a préstamos en grandes cantidades?

Aquí, en tierra azteca, donde un catarro se convierte en "influenza", Calderón se ha puesto la capa de superhéroe modernizador, a costa del fondo de ahorro para el retiro de los mexicanos. Algo así como un Fobaproa pero fuera de la banca; los trabajadores con su guardadito, tendrán que cederlo -si se aprueba la propuesta- para que la ciudad se vea más "popis".

Y mientras eso pasa, el FMI (cuchara de todas las sopas) estima que nuestra economía se contraerá hasta en un 7.3%. No es de extrañar que así ocurra, cuancdo aún tenemos una deuda abismal con dicho organismo, y podrá maniobrar con nuestra estructura económica como si fuese un títere. No así con España, país que fue señalado como una de las potencias económicas que saldrá de la recesión; Elena Salgado, ministra de economía en España, responde que "hay cosas que el FMI no ha entendido bien de la economía española", como diciendo "nosotros no tenemos hilos que nos jalen".

La estela de un zapato con dirección a la humanidad de Strauss-Kahn es una huella indeleble para un sistema manipulador de la economía que se jactaba de pulcro. Si la suela hubiera encontrado el rostro de Dominique, sería una obra maestra consumada. De todas maneras, ¡Gracias!