jueves, 31 de mayo de 2012 | By: El Nazareno

Foco fundido, brillo perdido...

Casi todo lo bueno se nubla, por alguna u otra razón, aunque tenga un inicio muy bueno.

Tiempos electorales, y ahora todos los fenómenos que giran alrededor de los comicios comienzan a brotar. Cuando Isabel Miranda de Wallace dio el intento de bofetada a los partidos opositores del PAN, todos pensamos, en un inicio, que ya llevaba una gran ventaja sobre sus adversarios, aún sin ser una figura política; su campaña comenzó muy guanga y así se quedó. Ahora, sólo rezo por no ver un anuncio nuevo de ella, pues parece que en lugar de intentar mejorar, empeoran. Dejó de ser la rival a vencer, a la figurilla que anticipa su derrota y busca algún hueso político, un puesto.

El movimiento 132 también pintaba de colores muy vivos, sorprendió a la mayoría y se mostraba una manifestación más pura, aunque estuvieran entreludidos el Movimiento por la Paz, de Sicilia, y Jesús Adán Espinoza e Ignacio Del Valle, líderes de los macheteros de Atenco; se logró que la mayoría de los mexicanos, inclusive aquellos en eventos fuera de México, como los artistas de Cannes, se unieran a estos estudiantes que, sin agresiones, graffittis o violencia, lograron la simpatía inicial de muchos. Hoy, a escasos días de su creación, ya hay separación de lo que al inicio se proclamaba apartidista, los antiPeña y los que buscan la democratización de los medios.

Ya que se mencionó a Sicilia, podemos hablar de que su Movimiento por la Paz se ha desfigurado y de lo que antes se creó como una caravana por el repudio a la violencia y pudo superar lo creado antes -como las playeras blancas, que tuvo mucha aceptación-, hoy reúne a los candidatos a la presidencia para darles el beso de Judas,y después regañarlos como niños que no han hecho la tarea. Más que evidenciar la falta de propuestas o la personalidad de cada uno, hizo una propaganda, un meeting (o mítin) y buscó que las cámaras lo enfocaran, es propaganda para su persona, no lo que representa. Mejor hubiera sido llegar con un documento, con miles o millones de firmas de muchos mexicanos, para que los cuatro presidenciables se comprometieran a terminar con la narcoviolencia o renunciar. Bueno, en mi vana y quizá estúpida opinión.

A escasos días de la votación, todo pinta más gris que al inicio. Alguna vez escribí que el voto nulo es una nueva y buena opción, una muestra de desprecio por lo poco para elegir, una mueca de disgusto ante lo refrito y dañino para la sociedad, una pincelada de que el pueblo ya no quiere más de lo mismo, ni algo nuevo que nos perjudique y que por más que muestre un inicio muy bueno, terminará por nublarse y perderse en lo gris del panorama. Esa opción nos demostrará que tenemos aún el poder de imponer, más allá de los medios de comunicación, al presidente en la silla presidencial, o dejarla vacía.