jueves, 19 de enero de 2012 | By: El Nazareno

Dispénsenme...

Creí que lo mejor era ignorar el tema, debido a que es el reconocimiento social y que la gente hable de elloos, lo que estos sujetos buscan. Pero después recapacité, recordé que México está actualmente tan deteriorado debido a ese importante defecto, el que tenemos los mexicanos de ignorar.

Tan mala es esta característica, como la de creer que con el perdón estaremos absueltos de culpa. Pensamos que el efecto de un par de palabaras como "Usted disculpe" es el de una varita mágica; que con el simple hecho de pronunciarlas borramos los malos actos que cometemos, pero el efecto de los hechos y las palabras perdura.

No podemos andar por la vida cometiendo atrocidades y después pidiendo disculpas y pensar que nada ha sucedido. No podemos ser Miguel Sacal, agrediendo a los medios de comunicación con un mal aprendido lenguaje o golpeando a un valet parking solo porque se niega a cambiar la llanta de un vehículo (labor que no le corresponde) o por no prestarnos la herramienta para hacerlo (si no sabemos si la tiene siquiera), y después pedir perdón.

Tampoco podemos presumir de llamarnos Ociel Sotero y de trabajar en un Ministerio Público, si manejamos en estado de ebriedad y provocamos percances, insultamos a la persona con quien ocurrió el siniestro y golpeamos a una oficial calificadora hasta dejarla inconsciente, para después amenazar a todos los policías que nos detuvieron.

¿Con qué cara seremos el Estado, con la voz de Alejandro Poiré, y pediremos disculpas a Valentina Rosendo Cantú, después de que un grupo de militares a nuestro servicio la violara y torturara? ¿O a Jacinta Francisco Marcial, después de echarle a perder tres años de su vida por encarcelarla bajo el estúpido pretexto de secuestro de seis agentes federales?

¿Podremos, acaso, obtener el perdón absoluto, después de enjaular a un chavo durante dos años y medio, por un crimen del cual siquiera hay pruebas contundentes, y fingir que nada ocurrió? (al menos ya se están repartiendo ayudas económicas a los afectados por estos incidentes, es una disculpa más aceptable).

Pero el caso que realmente me motivó a escribir esta entrada es la de Sergio Verduzco quien, bajo el tímido mote de "platanito" y pálido maquillaje, se esconde para hacer chistes como el referente a los niños muertos en la guardería ABC. Subió, inmediatamente después de la reacción en internet -bendita arma imparable-, subió un video ofreciendo disculpas para, después, reiterar que con vetarlo no se soluciona el accidente y la muerte de los niños.

Al caramba con esa explicación. Imagínate, Sergio, que todos los asesinos, violadores, secuestradores, rateros y ratas de cuello blanco quedaran absueltos con esa simple frase. No se puede escupir a la cara de una persona que ha perdido a un ser querido, y después decir "Usted disculpe", pensando que nada ha ocurrido. No puedes pensar que pretendías que nadie resultara afectado con esos chistes, porque entonces no tienes conciencia o algún retraso mental. Todo lo que hacemos y decimos tiene consecuencias y, si se es lo suficientemente racional y hombre, se aceptará el castigo.

Todas estas personas viven en otro planeta, seguramente porque no son afectados directamente por las acciones o comentarios que hacen, si así fuera el caso, otra sería la reacción. Que no les extrañe que, después de tales acciones -quizá hipócritas-, un servidor les diga "Chinga (a) tu madre". Ustedes disculpen...