lunes, 22 de junio de 2009 | By: El Nazareno

¿Cazador o presa a la defensiva?


(Foto: Internet)
Norcorea ha sido atacada por medios de comunicación y gobiernos de distintas naciones, quienes han señalado con desprecio los ensayos con armas nucleares que realiza. Estados Unidos lo ha amenazado constantemente, y el país de oriente medio ha respondido sin temor a las consecuencias.

Nosotros, como simpatizantes de los países fortalecidos por el capitalismo, tomamos las posturas que ellos toman, y con sus fundamentos (reales o subjetivos) nos conformamos, siquiera nos detenemos a pensar lo que nos afirman, lo damos por hecho.
¿Por qué, en la mayoría de las ocasiones y ante ciertas posturas contrarias que tienden a polarizar los grupos, nos ponernos del lado del bloque con mayor número de integrantes? ¿Por qué no pensar que quizá, aunque se trate de una sola persona, una sola ciudad o un solo país contra alianzas de diversos continentes, podría ser que esa unidad tenga algo de razón?

Pero no echamos una mirada al pasado. No miramos en las circunstancias en la que dicha zona geográfica se ha desarrollado. No nos detenemos a recordar que, durante aquello que denominamos guerra fría, Corea del Norte sufrió una guerra que parecía interna; pero, ni tardo ni perezoso, Estados Unidos decide intervenir en el país de Corea, para lograr su expansión capitalista. Sin embargo, había otros aliados comunistas dispuestos a ayudar a Corea, o a repeler a los estadunidenses -no sinónimos-.

Corea del Norte, en la actualidad, ha declarado que hará estallar una guerra si se intercepta su satélite próximo a lanzarse. Y creo que, de cierta manera, tiene razón. No podemos afirmar que se trata de un país salvaje, intentando dominar al mundo (creo que esa clasificación le queda a otro país del norte), sino quizá se trate de un gobierno que intenta no mostrarse débil ante las garras del león.

Estados Unidos siempre ha hecho de las suyas en los países en los que se le ha permitido. Pero no en Corea del Norte, donde están dispuestos a luchar por sus ideales, por lo que ellos consideran justo, así como nosotros intentamos defender nuestro territorio cuando nos fue arrebatado parte de él. Sólo que los norcoreanos sí están dispuestos a llevar una defensa hasta las últimas consecuencias.

De decidirse y sufrir la embestida de Corea del Norte, o de no decidirse para evitar un conflicto que pueda derivar en una guerra nuclear, será una cucharada de su propio chocolate para Estados Unidos