domingo, 28 de agosto de 2011 | By: El Nazareno

Cazados y en casa

Ahí estan ellos, que son los que se han cansado de pregonar su responsabilidad con la sociedad. Ahí se encuentran, siempre en los noticiarios y programas de corte informativo, en las notas de periódico, alardeando de su compromiso con los civiles a pesar de su rivalidad con los elementos de seguridad; ellos presentes y cada vez más cerca de nosotros, aunque no para bien... a pesar de los mensajes.

El incidente ocurrido en las inmediaciones del Estadio de Santos Laguna en Torreón puede parecer un evento aislado y que quizá no afecte directamente a los aficionados, pues las declaraciones que han dado los directivos del Club Santos es que los disparos se realizaron desde fuera y que no fueron realizados hacia el interior, pero el Gobernador de Coahuila confirmó que sí se encontraron daños causados por armas de fuego y casquillos en el interior del estadio.

Apenas nos reponemos del incidente, cuando leo que 52 personas fallecieron en un Casino de Nuevo León, también un centro de esparcimiento y diversión. El ataque, realizado con armas de fuego y granadas para finalmente incendiar el lugar (por si hacía falta...), es uno de los tantos que ha sufrido la capital de dicho estado, aunque en esta ocasión se realizó directamente contra un lugar lleno de civiles, seguramente la mayoría inocentes y sin relación alguna con el narcotráfico.

Lo peor: Después de detener a cinco presuntos responsables de la masacre en el norte, ellos afirman que todo fue para darle un susto al dueño, por no querer pagar el "derecho de suelo", que no pretendían matar a nadie. Esas 52 vidas, sueños, familias, hogares destrozados, sólo fueron un "pasón de mano". Mientras esto ocurre, Vicente Fox y su lengua traicionera dice que sería buena idea negociar con los criminales. Es inadmisible que una persona que fue una figura presidencial hable tan irresponsablemente, insinuando que sujetos como éstos puedan tener perdón y salir libres, por un error como ése.

Dos eventos que quizá para algunos no signifique más que otro ataque, un ajuste de cuentas extra, pero la verdad es que es importante analizar que las organizaciones criminales ya no buscan sólo atacar puntos estratégicos de la seguridad estatal o federal, sino ahora el blanco es la gente, matrimonios, menores de edad, familias enteras. Su misión, como ellos nos la intentan explicar, no es protegernos y quizá nunca la fue. Ahora, más que nunca, intentan encerrarnos en tumbas de cuatro paredes o matarnos, a pesar de nuestros mensajes en mantas al inicio de los partidos de futbol de Santos y Monterrey, los dos estados afectados. Triste, pero cierto.