martes, 26 de enero de 2010 | By: El Nazareno

"Ni los veo, ni los oigo, ni les hablo..."



Paseaba por la pequeña calle, viendo el color rojo, naranja y azul de las lonas reflejarse en las figuras de cerámica. Payasos, chimpancés y bailarinas que decoran tristes anaqueles, para después ser rotos por infantes traviesos e hiperactivos. Entre todas las figuras, una llama claramente mi atención, un trío de ángeles representando al sordo, al ciego y al mudo, tapándose los órganos que representan la falta de su correspondiente sentido.

La semana pasada, varios periodistas mexicanos fueron expulsados de Puerto Príncipe, Haití, por militares y marinos estadunidenses. Sin más, fueron advertidos de cumplir el plazo límite para su retirada, y evidentemente, si ello no es una amenaza en forma de alerta, desconozco otra manera de interpretarlo.

Aquí, el Sindicato Mexicano de Electricistas continúa en la lucha, exigiendo una explicación razonable de la extinción de LyFC. Y aunque en SeGob se remarca una disposición al diálogo y, con ello a un posible acuerdo, Gómez Mont no tiene previsto una fecha para las negociaciones.

Mientras tanto, Javier Lozano asegura que el sindicato planea un sabotaje en el suministro de luz, y la fuerza federal secuestra a ex trabajadores y los lleva a CFE para que operen y "cooperen"... o cuello. ¿Ésa es su idea de libertad de expresión?

Eduardo Satillán ha declarado que el incidente en el que el jugador del Club América, Salvador Cabañas, sufrió un disparo de un arma de fuego en un bar, no es responsabilidad suya, pues para hacer supervisiones se necesita una previa queja vecinal. ¿o sea que se necesita que ocurran estas tragedias para que hagan una "revisadita" al lugar? ¿qué no existen las auditorías, o ésas también tienen que hacerse hasta que los vecinos junten firmas?

Los seguidores de noticias no pueden ver lo que pasa en Haití, el líder Martín Esparza no puede hablar para exponer su inconformidad, y el pueblo mexicano ya no quiere escuchar las mismas tonterías de políticos ineptos y corruptos, que pretenden mostrar el lado blanco de la mancha de lodo, inacertadamente.

Las tres figuras angelicales parecen mirarme, ansiosas de decorar una sala triste; pero su presencia sólo me recordaría el desolador horizonte exterior a las cuatro paredes de mi casa, así que prefiero seguir mi camino y dejar mi anaquel vacío... al igual que la politica en México.